18.11.09

ser holotrópico

Ya se acerca la tormenta y yo
la espero, abrazo
abierto, boca
abierta; todo abierto
el ser a la intemperie.

Suena un trueno, me hago
nube, y lanzo un grito
que se pierde pronto en la lejanía.

Siento un rayo, me electrizo
incandescente, subo al risco
borrascoso del estruendo
y me silencio.

El eco se confunde entonces con el horizonte.

Se hace la luz. Tras la cortina
del cielo estalla en claridades
el ocaso. Me vuelvo espectro,
halo; y reflectante
me constelo en noche cristalina.

Ya se acerca, pronto, el acabose
que da pie a todo recomienzo.
Ya se acerca, ya;
y así lo espero.
A brazo abierto
el ser
sobre una piedra.

9.11.09

la viruta que quedó tras la escultura

No más que por la incertidumbre;
por la imposibilidad más absoluta
que contiene en sí todos los posibles.
No más que por el roce -tu caricia de sílex-
que en la noche disoluta me devasta
-el refulgir imperioso de tu silueta de humo-.

No más que una mirada alcanza para el vuelo.

Y no hablo del amor, esa voluta
incognoscible; ni del trueno
que concluye el desbordamiento luminoso.

Balbuceo apenas tu silencio
evocando al más arquetípico infinito.